Canales iónicos

Los canales son proteínas de transmembrana o intrínsecas, las cuales contienen un poro acuoso, el que se puede abrir, permitiendo el flujo de iones siempre bajo su gradiente de concentración, o cerrar, impidiendo de este modo el tránsito de iones al otro lado de la membrana. La excitación y las señales eléctricas que ocurren constantemente en los sistemas vivos, específicamente en el sistema nervioso, involucra una serie de movimientos de iones, los que ocurren a través de los canales iónicos. Iones como el Na+, K+, Ca++ y Cl- parecen ser los encargados de algunas de estas acciones.

Los canales iónicos varían considerablemente en su gating (apertura y cierre del canal), ya que funcionan bajo estímulos específicos como por ejemplo, la unión de ligandos por la cara interna o externa, un cambio en el potencial de membrana, un estímulo mecánico, un cambio en la temperatura, diferencias de pH, etc.

Otra propiedad fundamental de los canales iónicos es su selectividad. Este atributo restringe el paso de ciertos iones y permite el paso de otros, los cuales transitan por el poro gracias a su gradiente electroquímico a una razón muy alta de aproximadamente 1.000.000 de iones por segundo. Justamente esta alta velocidad de conducción, es una de las principales características que permiten diferenciar un canal iónico de un transportador. Respecto a esto, otra característica que permite una diferenciación eficaz entre un transpotador y un canal es la temperatura, ¿por qué?, la razón es simple. La temperatura afecta la fluidez de la membrana. De este modo, al bajar la temperatura, la membrana se vuelve más rígida lo que impide el cambio conformacional propio de los transportadores, así, cuando se mide la conductancia generada por éstos se ve que se reduce a cero, sin embargo cuando se eleva la temperatura y las membranas recuperan su fluidez, la conductancia también se recupera. Con los canales, esto no sucede ya que su conductancia se mantiene aún cuando la membrana pierda su fluidez.